viernes, 14 de diciembre de 2007

Medanos






13 de diciembre

Todo da vueltas, todo gira y todo cambia. Las ideas se modifican y toman forma según los puntos conocidos. Un guión ya escrito, también sufre metamorfosis conforme los kilómetros avanzan y los lugares se imponen, junto con la avalancha de experiencias e historias que cuanta la gente. Se sufren todo tipo de metamorfosis impredecibles, que son la fusión entre lo que se imagina sin viajar y lo que se inventa en el viaje.

Las historias que contó Guille en el camino de ripio rumbo a los Médanos se quedaron grabadas en nuestra memoria y es probable que alguna de ellas tenga repercusiones futuras en la movie. De menos así lo pensamos cuando estábamos rodeados de arena.

Un hombre que desembarca en la Argentina huyendo de la podredumbre, la peste y la muerte de un continente demolido por la guerra. Tiene 19 años y ya es todo un hombre. Sin mucho dinero compra un rebaño de 300 ovejas y con ellas comienza a caminar en dirección al sur. No sabe hasta dónde llegará, ni qué le depara en esas tierras que pocos se atreven transitar. Pasan muchos días que luego son meses y él sigue caminando solitario en línea recta. Corre el tiempo, y él deja de pronunciar palabra más que el aullido con el que guía a su rebaño. Nunca ve a nadie. La tierra no parece tocar fin ni precipicio. Hasta que una noche lo sorprende el mar. Se enamora del paisaje, decide frenar y no caminar más. Desde ese instante la tierra que alcanza abarcar su mirada fue suya; no había alma alguna con quién compartirla más que sus ovejas que se multiplicaban cada día. Vive dentro de una cueva como ermitaño durante 6 años, hasta que conoce a una mujer (de la que desconocemos su pasado) y, juntos hacen un hogar y familia. Esta es la historia del padre de Guillermo.

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